Se duda de la causa de la "peste negra"
( Publicado en Revista Creces, Noviembre 2003 )

En el año 1348, la epidemia de "peste negra" mató a la mitad de la población de Europa y por siglos ha estado rondando en diferentes partes del mundo. La enfermedad, también conocida como "la peste bubónica", ha sido atribuida a la bacteria "Yersinia pestis", que infecta a ratas y pulgas, estas últimas por la picadura trasmiten la infección a humanos. (La Peste Bubónica). Por muchos años se había aceptado que esta bacteria sería la culpable, pero recientemente algunos investigadores han comenzado a dudar. Hace un par de años, Susan Scott y Chris Duncan de la Universidad de Liverpool en Inglaterra, examinando los informes históricos, concluyen que la Yersinia no habría sido la causa de la peste negra (New Scientist, Noviembre 24, 2001, pág. 34). Piensan más bien que ella fue debida a un virus hemorrágico que habría causado sangramientos masivos, como sucede con el virus Ebola.

La discusión acerca del germen causante de la peste negra, no sólo tiene interés histórico, sino también un interés actual. La Yersinia todavía infesta a mucha gente en los trópicos, causando cada año miles de muertes, y muchos temen que hoy pueda usarse esta bacteria como un arma biológica, que podría producir una nueva epidemia de peste negra en la población afectada. Claro que esta vez sus efectos no serían tan desastrosos, dado que las condiciones sanitarias han mejorado en relación con las existentes en el siglo XIV, y también ha progresado la medicina. El temor mas bien se basa en el hecho conocido que la Unión Soviética en un determinado momento, llegó a preparar con estos fines, 1500 toneladas de la bacteria.

Para contribuir a aclarar las dudas, recientemente Alan Cooper de la Ancient Biomolecules Center de la Universidad de Oxford y sus colaboradores, han analizado 121 dientes pertenecientes a 66 esqueletos encontrados en entierros masivos de aquella época, que fueron cavados para víctimas de la peste negra. Uno de ellos en East Smithfield en Londres. Otros dos en Vodroffsgaard en Copenhagen y uno en Angers en Verdum, Francia.

Utilizando las técnicas de DNA (test de PCR), trataron de identificar secuencias específicas de DNA de Yersinia en muestras tomadas de la pulpa de los dientes. Con esta metodología identificaron secuencias pertenecientes a numerosas y diferentes bacterias, pero ninguna de ellas coincidía con alguna secuencia de Yersinia.

Los investigadores encontraron DNA mitocondrial preservado en los dientes examinados, comprobando que éste podía sobrevivir allí. Aclaran además que el no encontrar DNA de Yersinia, no prueba en forma definitiva que la bacteria no haya matado a estas personas, ya que puede ser que la infección no haya penetrado la pulpa del diente. Parece que estos resultados presentados recientemente en el British Society for General Microbiology en Manchester, no van a poner fin a la discusión que se ha generado. (New Scientist, Septiembre 13, 2003, pág. 8).


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